La jugada maestra de Cristian Ávila en la serie matinal de elegir por los neumáticos de lluvia cuando aún la pista estaba seca fue el disparador inicial para que Alan Ruggiero pudiera pasar del cuarto al primer puesto en el alocado sprint matinal de cinco vueltas en donde la lluvia cayó en el momento menos esperado.
Allí Ruggiero tuvo la posibilidad de largar en la segunda fila de la final y ya no tenía manera de recurrir a algún plus externo para pelear por la punta: estaban todos en las mismas condiciones. Primero pudo sacarse de encima a Canapino que largaba a la par por afuera e inmediatamente fue a por Werner, quien desde la largada parecía estar con menor performance. A partir de allí tenía toda la carrera para ir a buscar al puntero Ardusso, pero el ritmo no se lo permitía hasta que apareció el accidente de Santero-Lambiris-González y la salida del auto de seguridad cambió todo.
"Veníamos un poco con idas de cola y con el Pace Car mejoramos un montón, pude entrar en la succión de Ardusso e hicimos una gran maniobra", explicó Ruggiero, quien aprovechó un descuido de Ardusso en la hoquilla para tirarse por adentro y ganar la cuerda en los compases medios de la carrera para luego no volverla a soltar.
Ruggiero fue el más contundente de todos los Torino, viene de ganar en dos pistas de largas rectas y de altas velocidades. La próxima fecha con 20 kilos encima deberá enfrentar una de las pistas que más les va a doler a los autos con lastre como Albardón, debido a la cantidad de zonas de baja velocidad en donde la aceleración inicial es crucial ¿Podrá mantener la contundencia de las últimas dos carreras?.