Kevin Benavides ha cambiado y no solo el color de su pelo… En su quinta participación, ha logrado consagrarse campeón del Dakar. Tras estrenarse en 2016 con bombo y platillo, terminando a pie de podio, el argentino tuvo que encajar grandes decepciones, sobre todo en 2018, cuando acariciaba el título y se le escapó por un fatídico error de navegación en Salta, su ciudad natal. Este año una dura caída le dejó la nariz rota y el tobillo magullado, pero no impidió que se hiciera con las riendas en la etapa 5.

Kevin tuvo que bajar del trono al día siguiente, pero ha sabido esperar su momento, retomando el puesto de líder tras la caída de su compañero de equipo Nacho Cornejo… También hace falta un poco de suerte en el Dakar. El primer ganador sudamericano de la categoría tuvo que defender el puesto en un emocionante final, en el que se vio acechado por Sam Sunderland hasta los últimos kilómetros de la penúltima etapa, así como por Ricky Brabec, que ha terminado a menos de cinco minutos y se ha adjudicado la última especial. Honda logra así su primer doblete en el podio desde la victoria de Cyril Neveu, seguido de Edi Orioli, en 1987.

La primera victoria de un argentino probablemente en la categoría más competitiva que tiene el Dakar se inscribe en las páginas doradas del deporte de nuestro país. Un hecho que podría ser aún más eufórico y tener la primera plana de todos los diarios argentinos de haberse continuado celebrándose en nuestra nación. Pero que esto no le quite mérito a un deportista de elite que vino a poner la bandera argentina en lo más alto.

También es la primera victoria de un sudamericano luego de que lo intentaran hasta último momento 'Chaleco' López y Pablo Quintanilla y fueran siempre batidos por los inigualables Marc Coma y Cyril Despres, quienes comandaron una era completa del motociclismo de rally.

Otro título y no menos importante es el que obtuvo Manuel Andújar. El piloto de Lobos remató la carrera y en su cuarto Dakar se corona como el cuarto piloto argentino en llevarse la competencia luego de que previamente lo hicieran los hermanos Patronelli y Nicolás Cavigliasso. Andújar venía con una parsimonia emocional llamativa en las últimas etapas del Dakar, sin embargo al cruzar la meta colapsaron sus emociones después de contenerlas durante varios días a la expectativa de ver cómo terminaba todo. Finalmente con un abrazo enorme en la llegada con Pablo Copetti pudo festejar su mayor logro.

No existen las victorias fáciles en el Dakar, pero de Stéphane Peterhansel se puede decir que domina la prueba como ninguno. En la línea de salida se respiraba la sed de victoria, con aspirantes declarados al título o al podio como Yazeed Al Rajhi, Sébastien Loeb, Giniel De Villiers, Martin Prokop, Yasir Seaidan, Mathieu Serradori o Bernhard Ten Brinke.

Todos ellos mostraban un entusiasmo difícil de esconder. Al término de la tercera etapa, Peterhansel se hace con el primer puesto en la general y al día siguiente empieza la pugna entre tres con sus compañeros de podio del año anterior.

La mala fortuna se ceba una vez más con Carlos Sainz, dando paso a un duelo entre el buggy Mini número 302 y el Toyota Hilux de Nasser Al-Attiyah. Al perseguidor catarí no le han faltado argumentos sólidos, como muestran sus 6 victorias de especial (incluido el prólogo) en su gira por Arabia Saudí y no ha dejado en ningún momento de ejercer presión sobre su presa. Sin embargo, a Peterhansel no le ha temblado ni un segundo el pulso y su ventaja de 4’50’’ pasó a cerca de 18 minutos en la única etapa que se ha adjudicado este año, a tres días de la meta final.

No ha necesitado más para hacerse con su 14º título. Al final, esta edición le da la vuelta al podio de la anterior, para desgracia de Carlos Sainz y alegría de su equipo X-Raid. A su vez, Toyota tiene que consolarse con el segundo puesto y la repetición también del cuarto de Jakub Przygonski, que iguala su posición de 2019. Por su parte, el quinto puesto de Nani Roma ofrece un resultado muy alentador en los inicios de Bahrain Raid Xtreme.