El Toyota de Erik Jones se llevó la primera carrera del año celebrada en Daytona una semana antes de las míticas 500 millas. Increíblemente la competencia quedó drásticamente marcada por los accidentes, ya que solamente llegaron 6 autos de los 18 que tomaron parte de la largada luego de varios accidentes de manera consecutiva. Para colmo Jones fue uno de los grandes damnificados, ya que llegó con toda la trompa de su auto emparchada con cinta adhesiva y para colmo impulsado por su compañero Denny Hamlin que venía con una vuelta menos.
La primera bandera amarilla de la carrera se produjo en la vuelta 66 cuando Joey Logano, quien iba de líder, bloqueó a Kyle Busch en la curva 4, con lo que Logano perdió el control de su Ford No. 22 e hizo contacto con el Toyota No. 18 de Busch, quien a su vez chocó contra el Ford No. 2 de Brad Keselowski.
Otro accidente más numeroso ocurrió en el reinicio subsecuente, cuando William Byron y Ryan Newman patinaron las llantas al intentar arrancar y cerraron una reacción en cadena que afectó a casi la mitad de los participantes.
El auto de Jones sufrió graves daños en ese impacto, pero sus mecánicos pudieron hacer suficiente reparaciones para que regresara a la pista.
Hamlin, por su parte, perdió el control de su Toyota No. 11 en la curva 3, y luego provocó otra colisión múltiple.
La última bandera amarilla ocurrió en la vuelta 88, cuando Kyle Larson bloqueó a Chase Elliott y lo hizo perder el control. Larson pudo mantener el control de su Chevrolet No. 42 de Chip Ganassi Racing para terminar la carrera.
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